Paris Hilton todavía no se cree que la Corte Superior de Los Ángeles le haya condenado a cuarenta y cinco días de prisión. La rica heredera apura en Beverly Hills los últimos días antes de cumplir la sentencia del juez Michael Sauer mientras su abogado, Howard Weitzman, intenta recurrir el dictamen judicial.
El sábado por la noche, al salir de su casa, Paris se dirigió a los fotógrafos que la aguardaban y les comentó: "Dije la verdad. Siento que he sido tratada injustamente y que la sentencia es cruel e inmerecida. No merezco esto". La modelo, actriz y cantante se refería a su declaración ante el juez en la que aseguró que creía que podía conducir por temas laborales. Paris fue sorprendida conduciendo en estado de embriaguez por lo que se le retiró durante tres meses la licencia. Sin embargo, ella continuó llevando su coche y de ahí la condena judicial. En su defensa, alegó que había firmado sin leer el documento que le había presentado su representante Elliot Mintz.
De hecho, al día siguiente de que se diera a conocer la sentencia, Paris despedía a Mintz que aseguraba a través de un comunicado: "Debido a un malentendido, no represento más a Paris". La heredera se ha lamentado del trato recibido y antes de ser condenada confesaba: "Creo que estoy en este lío por ser quien soy. Es muy molesto. Los policías todo el rato me preguntaban ¿Cuál es tu número de teléfono? ¿Quieres cenar conmigo?. Así todo el tiempo. Tengo muchísimas tarjetas de visita de ellos". En vista que la decisión del juez, no ha sido la esperada, Paris se ha refugiado en su familia. No se ha recluido en casa ya que todo el fin de semana ha estado saliendo y entrando con la diferencia de que sus únicas compañías han sido su hermana, Nicky, y su madre, Kathy. Los amigos y fiestas las deja para mejor ocasión.