Juan de la Rosa es un miembro más de la familia Mohedano. Su amistad con Rocío Jurado, de quién fue secretario y confidente, le abrió las puertas de su familia. Él atendía a Rocío Carrasco mientras la cantante recorría el mundo con su giras, vivió durante muchos años en la casa de La Moraleja y se retiró a Chipiona, a una casa comprada por su amiga Rocío, cuando dejó de trabajar.
Fue, por otra parte, el único amigo mencionado en el testamento de la cantante que le dejó el chalé adosado de Chipiona. Juan de la Rosa padece un cáncer en avanzado estado, la misma enfermedad que se llevó a Rocío. Tal es la amistad que estas últimas Navidades las pasó en casa de Gloria Mohedano, la hermana menor de Rocío.
Desde hace unos días, está ingresado en Madrid y ayer, cuando Amador Mohedano y su hija Chayo, le visitaron se mostraron serios y muy preocupados. Amador, el hermano de Rocío, nos decía antes de visitarle: "Es duro recordar estas cosas. Él está grave". A su salida, tras pasar varias horas en el hospital Santiago Ramón y Cajal, sus palabras no eran más tranquilizadoras: "No sufre, está sedado y dormido". José Ortega Cano, por su parte, sigue desde su finca de Sevilla, Yerbabuena, cómo evoluciona su gran amigo.