La actriz confesó que en estos momentos su corazón está “muy tranquilo” y el hombre que ocupa su vida es su hijo Alex
En el madrileño barrio de Moratalaz, y rodeada de unas 110.000 personas, Ana Obregón amadrinó el evento
La paella más grande del mundo se elaboró en el interior de un recipiente con un tamaño equivalente a un edificio de siete pisos de altura
4 OCTUBRE 2001
Seis mil kilos de arroz se emplearon para elaborarla. Un total de 80 cocineros, comunicados con interfonos, la sazonaron sobre una paellera de 21 metros. Y Ana Obregón como madrina del evento.
En el madrileño barrio de Moratalaz, y rodeada de unas 110.000 personas -testigos del nuevo record del libro Guiness-, se encontraba la popular estrella de la televisión. Tras presentar la actuación musical de King África y marcarse unos pases de baile con él, Ana Obregón estuvo charlando con la prensa. La actriz confesó que en estos momentos su corazón está “muy tranquilo” y el hombre que ocupa su vida es su hijo Alex.
Ana, que desmintió nuevamente una supuesta relación con el escritor David López, rehusó hablar sobre la próxima boda de Finito de Córdoba y Arancha del Sol.
Otros rostros populares se dejaron ver en la gran “paellada”. Las modelos Eva Pedraza y Eugenia Santana, además de la ex novia de Rafi Camino, Nani Gaitán, se acercaron hasta Moratalaz para probar el sabroso plato. Los ex Mister España José Ramón Villar y Salvador Guerrero fueron otros de los famosos que acudieron al evento.
Curiosidades de un record de los Guiness
La paella más grande del mundo se elaboró en el interior de un recipiente con un tamaño equivalente a un edificio de siete pisos de altura. Además de los 6.000 mil kilos de arroz, se utilizaron 12.000 kilos de pollo y conejo, 5.000 mil kilos de verdura, 1.100 litros de aceite de oliva, 250 kilos de sal, 16 kilos de azafrán y 13.000 litros de agua.
Los 80 cocineros, que tenían perfectamente coordinadas sus acciones, emplearon herramientas especiales para la elaboración de tan desmesurado contenido, como cucharas y rastrillos de siete metros.
La paella se empezó a cocinar a las 8,30 de la mañana y a la 1,00 de la tarde ya estaba lista para comer. Cinco horas y media de trabajo que se vieron recompensadas por la satisfacción del numeroso público que se congregó para disfrutar del manjar.