Seguro que entre los ingredientes que no faltan en tu cocina, se encuentra el ajo. Y es que sí, está claro que en España se utiliza, y mucho este vegetal sin el que es posible entender nuestra cocina. Y es que, tal y como nos confirma María Real Capell, (@mariarealcapell), farmacéutica, nutricionista y psiconeuroinmunoendocrina, el ajo (Allium sativum) es un alimento clave de la dieta mediterránea y es muy utilizado en la cocina española. Sin embargo, su uso data desde la época egipcia. No son pocas sus bondades, por lo que no es extraño que recurramos a él con tanta frecuencia. “Nutricionalmente el ajo contiene selenio, manganeso, vitamina B6, magnesio, potasio, calcio, quercetina, fructanos, saponósidos, terpenos, hierro, sílice, enzimas, bisulfuro de alilo, etc. Por todo ese contenido en vitaminas, minerales y antioxidantes vemos que el ajo es antifúngico, antivírico y antibacteriano”, nos anticipa la experta, que resume, además, otras de sus principales propiedades a continuación:
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-Los sulfóxidos presentes en el ajo ayudan a eliminar metales pesados.
-El consumo de 1g de ajo al día reduce el colesterol según recientes estudios. 1g al día es una cantidad muy asequible, ya que un diente de ajo pesa entre 2 y 5g. Por lo tanto, se podría llegar a esta cantidad simplemente añadiendo ajo en láminas en verduras o ensaladas.
-El ajo también previene la formación de trombos y ayuda a diluir la sangre, por eso las personas que toman anticoagulantes no deben abusar del ajo porque podrían diluir la sangre en exceso.
-El ajo es de gran utilidad para tratar parasitosis intestinales y, de hecho, se utiliza como coadyuvante junto con los antiparasitarios convencionales.
-La alicina presente en el ajo puede ayudar al tratamiento de las infecciones respiratorias.
-El ajo es de gran utilidad para pacientes con enfermedades reumatológicas, ya que ayuda a reducir la inflamación.
-El ajo también disminuye la presión sanguínea, ya que el sulfuro que contiene mejora la elasticidad de las venas y arterias.
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¿Cómo sacarle partido?
Tal y como nos recomienda la experta, la mejor forma de comer el ajo es crudo o cortado en pequeños dados o en finas láminas y mezclado con aceite de oliva virgen extra (AOVE), ya que entonces el AOVE potencia las propiedades del ajo. ¿Por qué es mejor tomar el ajo en finas láminas? “Porque cuando cortamos el ajo la aliína entra en contacto con el oxígeno del aire y produce alicina un compuesto más activo y con más propiedades terapéuticas”, nos dice.
¿Cuánto ajo debo comer al día para tener estas propiedades? “Por un día que comas ajo no te vas a beneficiar de todas estas propiedades. La dosis diaria de ajo fresco al día sería de 2 a 5 g (que esto es un diente de ajo aproximadamente)”, recomienda la nutricionista, que nos da, además, sencillas ideas para cocinar con ajo y llegar a la dosis establecida:
-Untar las tostadas con ajo (esta opción es ideal porque además se añadirá AOVE en la tostada y se potenciará su efecto).
-Añadir ajo a los aliños de las ensaladas “ajillo”.
-Añadir ajo en polvo a los guisos, ajo mezclado con mantequilla, mariscos al ajillo, etc.
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¿Tiene contraindicaciones el ajo?
En opinión de María Real, no tiene contraindicaciones importantes. “No obstante, las personas que toman anticoagulantes como el Sintrom no deben abusar del ajo ya que podría aumentar su efecto y diluir la sangre en exceso. Las personas que siguen una dieta FODMAP deben evitar el ajo mientras sigan esta dieta. Y a algunas personas les puede causar dermatitis”, nos explica. Y comenta que si no te gusta el ajo o te sienta mal a nivel de estómago puedes tomarlo en cápsulas. Las cápsulas de ajo como están envasadas con cápsulas gastrorresistentes no producirán ardor de estómago.
Ojo, eso sí, pues puede sentarte mal, sobre todo, durante el embarazo y la lactancia, cuando hay que evitar consumir grandes cantidades de ajo.
Remedios caseros con ajo
La farmacéutica Meritxell Martí nos explica cómo sacar, además, partido al ajo proponiendo dos remedios caseros realizados con esta hortaliza. Son los siguientes:
- Mascarilla para el acné y los granitos. Como tiene acción antioxidante, purificante, antibacteriana y antiinflamatoria, es ideal para el acné, por ejemplo. Hay que utilizar:
-Dos o tres dientes de ajo.
-Dos cucharadas de arcilla verde o blanca.
-¼ vaso de agua de rosas.
-Una clara de huevo montada.
“Hay que triturar todos los ingredientes, empezando por los ajos hasta dejarlos en polvo, también pueden comprarse en polvo ya, añadir la arcilla y finalmente el agua de rosas. Cuando está todo unido se pone con cuidado la clara de huevo a punto de nieve. Se aplica la mascarilla y se deja 15 minutos. Posteriormente hay que lavarse la cara y aplicarse tónico y una hidratante ligera tipo gel”, apunta. - Para las verrugas. “Es tradicional poner una rodajita de ajo en la verruga directamente y taparlo con un film transparente durante toda la noche. Por la mañana, se quita, y se repite durante 6 días. De esta forma, la verruga se seca”, comenta.