Así debes cuidar tu alimentación en cada fase del ciclo menstrual

Los cambios hormonales, sin duda, influyen y debemos tenerlos en cuenta para saber cómo cuidarnos en función de la etapa en la que nos encontremos

Por hola.com

Las hormonas. Ellas tienen gran parte de la culpa de cómo nos encontramos a lo largo de las distintas fases del ciclo menstrual, que se repiten mes tras mes. Tal y como explican los expertos de Chily, algunas de estas fases resultan ser inocuas para nosotras, aunque no lo son para nuestro organismo. Por eso, es importante que conozcamos cómo nuestro cuerpo se enfrenta a los diferentes cambios hormonales que atraviesa, para así tener claro cómo cuidarte adecuadamente en cada fase. Y entre los cuidados, hay que tener muy en cuenta lo que comemos. Por eso, la nutricionista holística Kristin Dahl ha elaborado una guía esencial para que conozcamos los movimientos naturales de nuestro ciclo.

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FASE 1: Menstruación

Está marcada por el sangrado. La regla se presenta como la fase 1 del ciclo menstrual cuando comienzas a sangrar. ¿Cuánto suele durar? Hay diferencias entre cada mujer, pero de media, tiene una duración media entre tres y cuatro días. Esta fase se resume como un proceso de eliminación del organismo. En esta fase, Kristin Dahl recomienda el consumo de nueces, semillas, algas marinas, aguacate y chocolate oscuro para apoyar al sistema endocrino en la tarea de equilibrar las hormonas.

FASE 2: Folicular

Cuando se detiene el sangrado comienza la fase 2, coincidiendo con la subida de los niveles de estrógenos y testosterona. En esta etapa de la fase folicular se recomienda la ingesta de alimentos como lentejas, salmón, huevos, semillas y todos aquellos que contengan grasas buenas y proteínas. Así, nutrirás a tu cuerpo correctamente y asegurarás una correcta maduración del óvulo y el restablecimiento del útero.

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FASE 3: Ovulatoria

Más o menos en la mitad del ciclo, alrededor del día 14 del ciclo, comienza la fase en la que estás ovulando. Esta fase tiene una duración de 7 días. Puede parecer llamativo, pero cuando termina esta fase, es posible que experimentes cambios repentinos en el ánimo, y pueden aparecer momentos de tristeza o irritabilidad. ¿A qué es debido? Esto se produce a consecuencia de la caída de los niveles de estrógenos y a que la progesterona no se ha restablecido por completo. ¿Y qué debemos comer en este caso? La nutricionista Kristin Dahl recomienda evitar comidas pesadas que requieren un largo proceso digestivo. Sugiere, por lo tanto, que incluyamos en tu dieta quinoa, verduras, arroz y pescado. Otro de los problemas que pueden aparecer es cierta inflamación en el abdomen. Y es que como durante la fase 3 el óvulo se encuentra viajando hacia abajo por las trompas de Falopio (momento óptimo para la fecundación), es posible que aparezca dicha sensación. Una buena solución, que puede ayudar a paliar este problema es la práctica de posturas de yoga que relajen esta zona.

FASE 4: Luteal

Estamos ante la última fase, que empieza una semana tras la ovulación y continúa hasta el fin del ciclo, cuando el sangrado comienza de nuevo. Las paredes del útero se siguen estrechando y la sangre comienza a llegar a esa área para llevar calor y nutrientes. En este caso, la nutricionista nos cuenta que podemos preparar a nuestro organismo aumentando el consumo de proteínas y grasas buenas, así como arroz integral, aguacate, jengibre y mucha agua. Además, debemos evitar el alcohol y la cafeína, puesto que estas bebidas pueden empeorar cualquier síntoma del síndrome premenstrual y drenar a tu cuerpo de nutrientes necesarios para la primera fase.

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Cuidar la higiene íntima

Al margen de estos consejos nutricionales, independientemente de en qué fase nos encontremos, es importante que, a lo largo de las 4 fases, mantengamos una correcta higiene íntima. Una buena alternativa es el uso de geles específicos de uso diario. “El flujo vaginal puede cambiar en cada fase del ciclo menstrual. También cambia cuando te excitas sexualmente, así como durante y después del embarazo. Estos son cambios normales, propios de las situaciones concretas que experimenta nuestro cuerpo. No obstante, los cambios repentinos en el olor, color o consistencia de tu flujo son los que indican que algo más está sucediendo dentro de ti. Por eso, es importante que sepamos detectar cualquier cambio significativo en nuestro flujo y poder abordar así cualquier afección que se nos presente”, nos cuenta.