Sarah Jessica Parker es considerada un icono de estilo, pero anoche Natalie Portman consiguió robarle cierto protagonismo a la célebre Carrie Bradshaw de Sexo en Nueva York. La oscarizada actriz se convirtió en musa de estilo en la gala de otoño del ballet en Nueva York. Acompañada por su marido, el bailarín y coreógrafo Benjamin Millepied, Natalie Portman deslumbró a los presentes con un vestido original, a la par que elegante. Turquesa, amarillo y negro formaban los colores de este diseño en relieve de Christian Dior. Desde que rodara El Cisne Negro, Portman ha estado muy vinculada al mundo del ballet y no sólo por interpretar a una bailarina, sino también por enamorar al coreógrafo de la película, Benjamin Millepied, con quien se casó y tiene un hijo, Aleph, de dos años. Millepied acaba de ser nombrado Director de la Ópera de París y presentó su última producción para el ballet de la Gran Manzana.
Sarah Jessica Parker era la gran estrella invitada a esta gala celebrada en el teatro neoyorquino David H. Koch en el Lincoln Center. Con un conjunto de inspiración romántica diseñado por Prabal Gurung y Olivier Theyskens en color rosa, hizo su aparición por la alfombra roja. Parker deslumbró a su llegada junto a los autores de su atrezzo. La actriz de Sexo en Nueva York es miembro del consejo directivo del ballet de Nueva York, y de ahí que su presencia año tras año sea imprescindible.
Drew Barrymore, otra de las actrices amantes del ballet, también se dio cita en esta gala inaugural, considerada una de las citas más importantes del año en la ciudad de Nueva York. Con un vestido negro de encaje, la protagonista de ET participó en este desfile de estrellas en el Lincoln Center a la que acudieron Nicky Hilton y las modelos Elettra Rossellini y Doutzen Kroes.