Hoy ha sido un día de cine de esos con los que sueña cualquier periodista. Steven Spielberg, Daniel Day-Lewis y Sally Field aterrizaban en Madrid para presentar su película Lincoln, favorita para los Oscar. Por si fuera poco, en la ciudad también hacía su aparición otros de los aspirantes a la preciada estatuilla de la Academia, Bradley Cooper, que llegaba a nuestro país para hacer lo propio con su película, El lado bueno de las cosas.
Un céntrico hotel de la capital se blindó por completo para recibir a las estrellas de Lincoln. Guardas de seguridad, representantes y numerosos guardaespaldas custodiaban a tres grandes del cine. Y no era para menos. Mientras Steven Spielberg y su actor elegido para el papel de Lincoln Daniel Day-Lewis mantenían un coloquio sobre la película basada en los cuatro últimos meses de la vida del decimosexto presidente de los Estados Unidos, Sally Field charlaba con hola.com sobre lo que ha supuesto para ella participar en este filme: “Ha sido un largo viaje llegar a ser Primera Dama”, confiesa la actriz que siempre supo que ella era la persona idónea para encarnar a Mary Todd, pese a ser diez años mayor que Daniel – Lincoln era mayor que su esposa- Logró convencer a Spielberg y nunca se arrepentirá de ello.
Con dos Oscar en su haber, por Norma Rae, en 1979 y Places in the Heart, en 1984, Sally Field ha iniciado, con la misma ilusión que la primera vez, su camino a la estatuilla, aunque no quiere ni pensar qué pasará si se lo lleva: “No puedo pensar en ello. He tenido la gran fortuna de participar en esta película, junto a un brillante Daniel Day-Lewis y ser dirigida por el maestro Steven Spielberg. El resto es secundario para mí”. Lincoln aspira a 12 Oscar, entre ellos al de mejor película, mejor director, mejor actor y mejor actor y actriz de reparto. Sin duda “más que ser nominada es un honor para mí que la Academia haya reconocido la película a tantos niveles”, confiesa Field, que a la hora de posar para los fotógrafos no quiso separarse de su esposo en el filme y de su querido cineasta. Los tres juntos se fotografiaron en la Casa de América, antes de partir para continuar su promoción.
El caso de Daniel Day-Lewis es digno de mención. En un principio era Liam Neeson el que iba a encarnar el papel de Lincoln, sin embargo el tiempo transcurrió tan deprisa que éste se hizo mayor y Spielberg tuvo que buscar otro candidato. Day-Lewis era el idóneo, pero según cuentan él no se veía capaz por su desconocimiento acerca del personaje y fue Leonardo DiCaprio quien le convenció para que aceptase el papel. Después de ahondar en la vida del presidente y de cosechar tantos triunfos gracias a esta interpretación, Day-Lewis se siente muy agradecido de haber podido conocer un capítulo más sobre la vida de este presidente que cambió el curso de la historia al abolir la esclavitud: “Ha sido un privilegio poder haber dado vida a este hombre. No ha habido nunca un hombre que me haya gustado tanto como Lincoln y dudo que lo haya algún día”
A pesar de que se prodiga poco y rueda una película cada dos o tres años, tiene dos Oscar en su casa de Irlanda, uno por Mi pie izquierdo, que recibió en 1989, y por Pozos de ambición, en 2007, y ahora parte como favorito en todas las quinielas de premios por el papel que más le ha marcado a lo largo de su carrera. “Ha sido un privilegio poder haber dado vida a este hombre”, ha concluido el actor que se llevó el Globo de Oro. El próximo 24 de febrero sabremos si Lincoln también ha conquistado a los académicos.