Si hace una semana hablábamos de la casa de Beverly Hills que ha cautivado a Mariah Carey y que se perfilaba como una de las más caras del mundo, hoy le abrimos las puertas de la que está considerada la más grande de todo Hollywood. Ubicada en este exclusivo barrio, The Manor, que así se llama la propiedad, acaba de salir a la venta. Perteneció al director y productor Aaron Spelling y, tras su fallecimiento, su viuda, Candy Spelling acaba de ponerla a la venta.
Esta gran mansión tiene de 56.000 pies cuadrados, el equivalente a unos 5.200 metros cuadrados, y fue construida en un terreno de cinco hectáreas. Su fachada, al más puro estilo francés, evoca los majestuosos palacios del Valle del Loira. La propia Candy ha comentado a la revista People que se trata de "una casa que tiene un tamaño similar al de un hotel mediano. Da mucho trabajo".
Por ello, tras la desaparición de Aaron la casa resulta muy grande para una persona y ha decidido venderla, con un precio de salida de 150 millones de dólares (casi 113 milloneas de dólares). No obstante, para Candy Spelling es difícil tener que venderla ya que es un lugar donde ha vivido los mejores momentos de su vida. "Tengo muy buenos recuerdos dentro de esta casa pero creo que debo pasar página. Ya sólo quedo yo en la casa".
Un auténtico palacio
The Manor alberga hasta 123 habitaciones, diez cuartos de baño, cuatro bares, tres cocinas, una bodega, una biblioteca, gimnasio, un salón de cine con capacidad para 300 personas y hasta un teatro. Pero eso no es todo. Si el aburrimiento se apodera de su dueño o huésped siempre podrá visitar el museo de muñecas que tiene o echar una partida en la bolera. Además, es imposible que el armario se nos quede pequeño pues un ala de la casa está destinada única y exclusivamente a guardar la ropa. ¿Y si tenemos un cumpleaños a la vista? Aaron contó con una habitación para guardar regalos.
Si la mansión se nos quedara pequeña y preferimos salir a tomar el aire, se puede pasear por sus amplios jardines, cuidados por numeroso personal, visitar a los pura sangre en sus cuadras o jugar al tenis en una de las pistas. A todo ello, le sumamos los ocho garajes con dos plazas cada uno.