Parafraseando el título de la entrañable película de Walt Disney, Tú a Bostón y yo a California, Javier Bardem y Penélope Cruz tomaron este fin de semana caminos distintos para cumplir con sus compromisos profesionales. En vez de América, la cita de ambos era en Europa. Javier Bardem asistió a los premios Bafta en Londres, mientras su novia, Penélope, presentaba la película de Isabel Coixet Elegy en la 58ª edición del Festival Internacional de Cine de Berlín. Ambos conquistaron al público en cada una de sus apariciones y Javier dio un paso más al ganar un Bafta, el equivalente a los Oscar del cine británico, lo que refuerza aún más su candidatura a los premios de la Academia.
Penélope Cruz, bellísima con un vestido negro con cola de tul, puso la nota de glamour en el certamen de cine al lado de Ben Kingsley. Juntos recrean en el filme de Coixet un idilio entre un profesor y su joven alumna en Elegy. La actriz española más internacional fue recibida entre aplausos y firmó autógrafos a los fans que se agolpaban a las puertas en el hotel Grand Hyatt de Berlín. Por su parte, Javier Bardem cumplía con todo pronóstico y se alzaba con el Bafta al mejor actor de reparto con su película No Country for Old Men en su última gran cita antes de los Oscar.
Sobre el escenario del Royal Opera House Bardem quiso dedicar el premio a sus dos mentores: "Quiero dar las gracias a papá y a mamá. No, no, a los míos no. A Joel y a Ethan Coen. Creo que fue brillante y muy inteligente por su parte creer que yo era la persona ideal", comentó. El actor español no quiso pronunciarse acerca de sus posibilidades, cada vez mayores, a lograr el máximo premio del cine, el Oscar. Simplemente se limitó a comentar que desea "seguir trabajando día a día. Poder elegir los proyectos y hacer las cosas que me gustan". Y añadió con cierta modestia: "Todo esto resulta abrumador, y no esperaba nada, desde luego. Es una cuestión de suerte, como la lotería".