Desde que le fuera diagnosticado un cáncer de próstata en octubre del año pasado, Robert De Niro no ha hecho muchos comentarios sobre su enfermedad ni el tratamiento que siguió. Pero en el festival de cine de Tribeca, creado por él mismo hace dos años y que se celebra estos días en Nueva York, ha comentado con tranquilidad que 'está bien y que fue muy afortunado porque se lo descubrieron a tiempo'.
De Niro dijo que a su padre le habían detectado un cáncer cuando él tenía 40 años, por lo que desde entonces se sometía a revisiones periódicas. En una de ellas, el médico, ante el riesgo que tenía de padecer la enfermedad, le hizo una biopsia y descubrió que 'tenía algo'.
Diagnóstico precoz
La rapidez del diagnóstico fue decisiva para su recuperación, según comentó su agente cuando se conoció la noticia: 'Debido a la detección de la enfermedad en una etapa temprana de desarrollo y el buen estado de ánimo del actor, los médicos confían en una recuperación total'.
En aquel momento, ni el actor ni su agente quisieron comentar el tratamiento al que se sometería el actor neoyorkino, aunque ahora se sabe que fue operado a finales del año pasado. Para superar esos duros momentos, De Niro, de 60 años, confiesa haberse fijado en otros personajes que también habían padecido cáncer. 'Ver a John Kerry, Rudy Giuliani y Joe Torre me dio fuerza, me contaron cuál había sido su tratamiento y eso me ayudó', comentó el actor.
De Niro, que acaba de cumplir 60 años, es uno de los actores más queridos y respetados de Hollywood. Nominado seis veces al Oscar, lo ganó en dos ocasiones: al mejor actor en 1980 por Ranging Bull y al mejor actor secundario en 1974 por El Padrino II. Actualmente trabaja en una secuela de Los padres de ella.