16 ENERO 2004
El periódico El informador, diario independiente de Guadalajara, México, publica en las páginas de Artes un artículo en el que descubre que la futura Princesa de Asturias fue la musa de uno de los artistas más relevantes de Latinoamérica.
Waldo Saavedra, artista plástico cubano-mexicano (1961) ha revelado a este diario que había comenzado una serie de "homenajes del corazón" a grandes pintores en la década de los 90 cuando decidió incluir en la serie de Goya a Letizia Ortiz Rocasolano. Entonces, una joven periodista a la que había conocido ejerciendo como tal en Guadalajara en 1996. "Llegamos a tener esta relación amistosa y profesional, y me pareció un buen elemento plástico".
No sospechó en absoluto el artista que aquella obra acabaría siendo propuesta poco después para la portada de un disco de Maná, Sueños líquidos, y mucho menos que “su musa” terminaría siendo la esposa del príncipe don Felipe de Borbón: "Yo la tenía en la mente y me surgió la idea, porque así trabajo, voy juntando materia prima para la creación y se me ocurrió que el personaje de Sueños líquidos perfectamente podía ser la imagen de esta chica".
Al final, no fue la portada, sino un póster desplegable en el libreto del disco. doña Letizia, protagonista absoluta de la obra, basada en dos canciones del álbum, Hechicera y La Sirena, sostiene un avión de papel incendiado porque le había contado a doña Letizia que eran los jueguetes que él hacía de niño en Cuba. Su rostro lo dibujó a raíz de unas fotografías, pero "todo lo demás es fruto de la imaginación".
La amistad entre el pintor y la periodista se dio –recogemos textualmente un fragmento de la noticia publicada en el diario- “en el tenor de compartir la nostalgia por la patria lejana, siendo ella española y él cubano”.
La musa de Sueños líquidos
"En ese momento en concreto, Felipe Garrido -en su libro Historias de Santos- me había dedicado la oración a Santa Nostalgia y recuerdo que al leerlo ella me dijo: ‘Eso nos pasa por no vivir en el lugar de donde somos’. Cuando tienes ese vínculo tan sensible con alguien, esa conexión, el personaje se hace mucho más tuyo". Por ello, el vínculo tan fuerte con España que hay en Cuba convirtió a Letizia Ortiz en la musa del arte de Sueños líquidos, un mural que estuvo instalado en el restaurante La Habana y en una serie de ilustraciones”.
Siete años después de aquella pintura -los interesados en su obra podrán admirar la colección personal del artista en la Feria de Arte de Buenos Aires-, Saavedra revela hoy al mundo la identidad de aquella modelo circunstancial: "Lo que menos de todo podría imaginarme es que a esta chica le pasara todo esto... De todas formas, ella nunca fue un material femenino que a golpe de cara hace las cosas, sino un personaje que mezcla la inteligencia con la belleza... Un ser humano aguerrido que destaca por encima de los demás".
Letizia puede estar orgullosa. De alguna forma, y aunque sólo haya sido como musa de un pintor, forma parte de la obra que consagró a Maná definitivamente a la fama; con Sueños Líquidos, su quinto trabajo discográfico, el grupo mexicano consiguió traspasar fronteras y triunfar allí donde se propuso. De hecho, la banda fue premiada con el Grammy a la Mejor Actuación Rock/Alternativo Latino del año 1998 y vendió nada menos que 6.000.000 de copias del citado álbum, que incluye su gran éxito En el muelle de San Blas.
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