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Nacido el 5 de noviembre de 1989 en Courtenay, Columbia Británica (Canadá), Simon Nessman fue descubierto por un agente de modelos de la agencia Major Management mientras asistía a la ceremonia de graduación de un amigo en 2007 y en septiembre de ese mismo año, se subió a la pasarela neoyorquina de la mano de Narciso Rodríguez en Nueva York y a partir de allí su nombre se convirtió en sinónimo de moda .
Al año siguiente posó para el fotógrafo Mario Testino en numerosas campañas publicitarias entra las que destacan firmas como Dolce & Gabbana y Lord & Taylor. Además, ha desfilado para Roberto Cavalli, Louis Vuitton, Emporio Armani, Michael Kors, Ralph Lauren, Tommy Hilfiger, Dsquared2, D&G, Michael Kors, Lacoste, Salvatore Ferragamo, Hugo Boss, entre otros y también trabajó para las campañas de Givenchy y Versace.
El chico de los rizos castaños
Su 1,88 de estatura, su definida mandíbula, sus profundos ojos azules además de sus icónicos -y definidos- rizos castaños llevaron a este modelo canadiense a convertirse en uno de los rostros imprescindibles dentro de la moda masculina.
Además de su trabajo como modelo, Nessman es un apasionado de las causas medioambientales. Apoya activamente a organizaciones dedicadas a preservar la naturaleza y crear conciencia sobre la sostenibilidad. Además a su vez es un gran defensor de la igualdad y la inclusión. Ha expresado su apoyo a los derechos LGBTQ+ y ha utilizado su imagen para crear conciencia y promover el amor y la aceptación.
Cambio las pasarelas por una isla desierta
En 2012, Simon decidió reducir su agenda y sus compromisos y ni corto ni perezoso y cambió su casa de Nueva York por una cabaña en una isla solitaria llamada Clayoquot Sound frente a la escarpada costa de Columbia Británica. Y fue precisamente en este lugar donde el canadiense dio forma a una estación de campo ecológica en la que anima a todos los investigadores, desde científicos hasta grupos de estudiantes y entusiastas del yoga, para que vayan y se pierdan entre los encantos naturales de este privilegiado enclave.
Nessman, quien en 2013 fue catalogado por la revista Forbes como uno de los modelos masculinos mejor pagados del mundo, ha encontrado en la naturaleza lo que no encontró en la moda y ahora parece difícil sacarle de su isla, donde además de dedicarse a recibir a los visitantes que vienen a su rinconcito aprovecha para hacer surf, montar en bici e incluso practicar escalada.