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al pacino in conversation with david rubenstein© GettyImages

Al Pacino

Nació en Harlem, de abuelos sicilianos, y con una adolescencia entre las calles del Bronx. No podía ser menos. La fama le llegó en 1972, cuando Francis Ford Coppola dio un voto de confianza a aquel actor desconocido y le ofreció un papel que le convertiría en inmortal. Michael Corleone se transformó, durante décadas, en el alter-ego de Al Pacino. Sólo su enorme capacidad interpretativa ha logrado que la ficción no le devore


Actualizado 8 de febrero de 2024 - 15:56 CET
Nueva York, EEUU

Alfredo James Pacino, conocido popularmente como Al Pacino, nació el 25 de abril de 1940 en Nueva York, es un destacado actor y director estadounidense. Conocido por su versatilidad y carisma, el cine no hubiera sido lo mismo sin él ni él sin el cine. Miembro destacado de una generación de actores irreemplazable, entre la que se cuentan De Niro, Nicholson, Redford y Hoffmann, este "monstruo" de la interpretación puede presumir de haber encarnado al diablo y al capo de la familia mafiosa más importante de la historia del cine.

Neoyorquino de raíces sicilianas

Hijo de Salvator Pacino, albañil, y Rose Gerard, ambos originarios de Sicilia. Tenían un pequeño piso en Harlem en el que su hijo pudo dar sus primeros pasos. Pero cuando el niño apenas tenía dos años, Salvatore abandonó a Rose y ésta tuvo que pedir ayuda a sus padres. Alfredo James Pacino fue criado por su madre y un abuelo cien por cien siciliano afincado en Nueva York.

No disponían de muchas comodidades y las dificultades económicas fueron una constante en los primeros años del que tiempo después se convertiría en una estrella. Desde niño sus dotes como actor se hicieron evidentes. De hecho, él se entretenía en sus ratos de soledad imitando las voces de esos actores que veía en las películas, cuando lograba arañar unas monedas a su madre y acudía a las salas de cine. Un maestro escribió a su madre animándola a que el niño estudiara Arte Dramático. Y así lo hizo.

Sus primeros años fueron una mezcla de trabajo arduo y desaliento. Se apuntó en la Escuela Superior de Artes Interpretativas de Manhattan, pero pronto descubrió que el método que allí se aplicaba, el famoso Stanislavsky, coartaba sus habilidades innatas para la interpretación. Así es que siguió por el camino de los autodidactas sin un centavo en el bolsillo. Más de una vez hubo de ir a audiciones colándose en el autobús y con el estómago vacío. Tampoco tuvo ningún reparo en, mientras su sueño llegaba, trabajar como acomodador o tramoyista.

El momento más delicado de su vida fue a los veintidós años cuando murieron, casi simultáneamente, su madre y su abuelo. Ambos, que tanto habían luchado por la vocación de Al Pacino, no pudieron ver cómo éste arrebataba, en 1972, uno de los papeles más jugosos de la historia del cine, Michael Corleone, a actores consagrados de la talla de Robert de Niro, Warren Beatty, Jack Nicholson o Robert Redford.

La mejor película de Al Pacino

Francis Ford Coppola, director de la saga de El Padrino, se interesó por este actor casi desconocido que había realizado su primer trabajo cinematográfico en 1969, con Yo, Natalia, y que había ganado un Premio Tony por su interpretación en una obra teatral titulada Does the Tiger Wear a Necktie? Ponerse a las órdenes del gran Coppola fue una prueba de fuego que superó con nota.

Décadas después de aquella incursión victoriosa por el celuloide, Al Pacino sigue siendo referencia inexcusable cuando se habla de los grandes del cine. Duro pero tierno (como su papel en Carlito's Way), definitivamente tierno (como en la adaptación cinematográfica del éxito teatral Frankie and Johnny), arrebatadoramente malo (el mismo Satanás en Pactar con el diablo), cómico esporádico en Dick Tracy, ciego (como el papel por el que se ganó el ansiado Oscar en Esencia de mujer) o visionario (el gánster en declive de Donnie Brasco), Al Pacino seduce en cada una de sus interpretaciones... y en su vida privada.

Su versatilidad como actor se evidencia en una amplia gama de películas, desde dramas criminales hasta comedias y adaptaciones de obras clásicas. Además de su éxito en el cine, Pacino ha participado en producciones teatrales aclamadas, destacando por su interpretación en El mercader de Venecia y Glengarry Glen Ross. También ha incursionado en la dirección cinematográfica, con películas como Looking for Richard (1996).

La carrera de Al Pacino ha abarcado décadas, y su influencia en la industria del entretenimiento es innegable. Su talento, intensidad interpretativa y dedicación al arte actoral le han valido el reconocimiento y respeto de la crítica y del público. Aunque ha alcanzado la categoría de leyenda, sigue siendo activo en su carrera, demostrando su pasión por la actuación y su contribución continua al mundo del cine.

Cuatro hijos de tres relaciones diferentes

Al Pacino tiene cuatro hijos de tres relaciones diferentes. A los 49 años, se convirtió en padre por primera vez. El 16 de octubre de 1989 nació Julie fruto de la relación del artista con la coach de intérpretes Jan Tarrant, con quien Pacino mantuvo una relación en los años 80. Julie ha seguido los pasos de sus padres en el mundo del cine y es productora y actriz.

Producto de su relación con Beverly D’Angelo, que se prolongó desde 1997 a 2003, nacieron dos hijos, los mellizos Olivia y Anton James. Los hermanos siempre han llevado una vida discreta alejada del foco público pues su padre no es muy dado a hablar sobre ellos.

Padre a los 83 años

Y finalmente en 2023, Al Pacino y su actual novia, Noor Alfallah, le dieron la bienvenida a Roman. La llegada de su cuarto vástago causó revuelo tanto en la prensa como en redes sociales, ya que para entonces el actor tenía 83 y su novia, 29 años, una diferencia de edad que no fue indiferente ante la opinión pública y quien ponía en duda la solidez de esta pareja, que acabó tomando caminos separados tan solo tres meses después de convertirse en padres.

Premios destacados

Con dos Emmy, dos Tony y un Oscar en su haber, solo le falta un Grammy para completar el ilustre EGOT que atesoran Audrey Hepburn, Barbra Streisand, Whoopi Goldberg y Mel Brooks entre un total de 15 afortunados.

La primera vez que su nombre se iluminó con letras de otro dentro de la Academia de Hollywood fue cuando fue nominado como mejor actor de reparto por El Padrino, sin embargo, dueño de una personalidad arrolladora se negó a asistir a la ceremonia porque se sentía merecedor del Oscar principal, que acabó ganando Marlon Brando pero que se negó a aceptarlo a causa del trato de Hollywood a los nativos americanos.

Su primera nominación al Oscar como actor principal fue por Serpico (1973), aunque en aquella ocasión no lo ganó y hubo que esperar a 1992 para que se alzara con la preciada estatuilla por Esencia de mujer. Al Pacino también tiene en su estantería dos Globo de Oro y un BAFTA, entre otros muchos reconocimientos a lo laergo de su carrera.

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