Es uno de los dolores más habituales en la actualidad, debido, en gran parte, al trabajo en oficina frente al ordenador y a la vida cada vez más sedentaria que, unida a factores como el estrés, hace que la zona cervical sea una de las que más sufre.
¿Sabías que...?
Los huesos que forman parte del cuello son las vértebras cervicales, un total de siete, que articulan todos los movimientos de la cabeza. Estas se ven afectadas con cierta frecuencia por artrosis y generan en las personas que la padecen síntomas como dolor cervical y de cabeza, sensación de hormigueo y, aún peor, vértigos y mareos. Y es que los músculos del cuello acumulan tensiones con facilidad, ya que su función principal es la de mantener la cabeza erguida. Al intervenir en casi todos los movimientos de la espalda y de la columna vertebral, su buen estado y conveniente relajación son indispensables para mantener una buena salud y evitar la aparición de molestias localizadas en esta zona.
Una buena postura, básica
La actitud y la postura tienen gran trascendencia en la aparición de patologías de las cervicales. Cualquier posición mantenida durante largo tiempo resulta perjudicial para los músculos y las vértebras del cuello; por ello, debemos evitar permanecer en la misma pose de manera prolongada e impedir que se acumule tensión en dichas zonas. Hay que recordar que existen trabajos y actividades que obligan de forma permanente a forzar la musculatura del cuello. Las actividades de oficina y demás trabajos con ordenador, sin olvidarnos aquellas que desempeñan conductores de vehículos y amas de casa, son ocupaciones que pueden dar lugar a dolor o molestias en la región de las vértebras cervicales.
Los masajes, buenos aliados
El cuello es una de las regiones que más se beneficia de esta práctica. Es una zona fácilmente accesible y por ello podemos aplicarnos un masaje nosotros mismos, o bien relajar la zona con los que nos realizan terceras personas. A través de esta terapia podemos conseguir mantener una buena circulación sanguínea y destensar los músculos que sostienen la cabeza, lo que ayuda a prevenir y aliviar multitud de jaquecas y cefaleas, producidas precisamente por la rigidez de las cervicales y la tensión de los músculos del cuello. El masaje es una técnica profesional, y ha de ser realizada con fines terapéuticos por un fisioterapeuta o, en el caso de optar por uno relajante, por una persona con la experiencia y los conocimientos adecuados.
¿Y el automasaje?
Se trata de una actividad que todos realizamos casi de forma inconsciente. Y si no, piensa en cuántas veces a lo largo del día nos llevamos las manos a la nuca o al cuello, frotamos o comprimimos, y en seguida experimentamos una sensación de alivio y relajación. Para realizarlo de forma correcta debemos colocar los codos sobre una mesa, apoyando la cabeza sobre una mano, mientras que con los dedos de la otra mano efectuamos movimientos de amasamiento sobre la parte lateral y posterior del cuello. Hay que presionar su musculatura hasta el inicio de la espalda con el fin de proporcionar descanso y relajación, y aliviar la tensión y las molestias de la zona afectada del cuello.