Ayer, mientras leía noticias sobre medicina, me sorprendió ver que la enfermedad celíaca es la patología crónica intestinal más frecuente en España, afectando a 1 de cada 100 personas.

La enfermedad celíaca se caracteriza por la inflamación crónica del intestino delgado a causa de una exposición a la gliadina (componente del gluten, proteína presente en cereales tipo trigo, cebada, centeno). Cuando dicha exposición es continua, las microvellosidades intestinales se acortan y se ve comprometida la absorción de nutrientes.

Los síntomas incluyen diarrea, erupciones en la piel, pérdida de peso, vómitos y vientre hinchado. Existe, también, la enfermedad silente. Esto significa que el sujeto es celíaco pero no desarrolla síntomas. En estos casos, cuando se diagnostica la enfermedad, aún sin tener sintomatología evidente, después de empezar el tratamiento mejoran sus condiciones psíquicas y físicas.

Para el diagnóstico de la celiaquía es necesario hacer una biopsia intestinal. El tejido será sometido a un examen que permite determinar la atrofia de las vellosidades intestinales.

El tratamiento que deben seguir los celíacos para recuperar la mucosa intestinal y evitar la aparición de síntomas consiste, básicamente, en una dieta sin gluten durante toda la vida. En la dieta sin gluten se eliminará cualquier producto que lleve como ingrediente trigo, cebada, centeno o avena.

Cabe destacar que algunos productos que llevan el etiquetado “sin gluten” contienen trazas de esta proteína, por lo que un consumo continuado de dichos productos puede originar la aparición de los síntomas típicos de la enfermedad .La Federación de Asociaciones de Celíacos de España distribuye entre los celíacos listas de productos 100% libres de gluten.

Por último resaltar que si la dieta sin gluten no es estricta, las consecuencias pueden ser graves:

- Neoplasias intestinales.
- Anemia.
- Desnutrición.
- Osteoporosis.