Cómo tener un cutis perfecto en primavera

La hidratación es la base fundamental para mantener la piel en buenas condiciones de cara al verano

Por hola.com

Los meses de invierno hacen mella también en nuestra piel. Generalmente, la primavera sorprende a nuestro cutis, después de haber pasado los pasados meses en mala situación. ¿La razón? El frío produce una disminución del flujo sanguíneo, una baja oxigenación y una nutrición deficiente y, por lo tanto, al final del invierno la piel está más deshidratada, más reseca y con redes vasculares más marcadas. Por ello, nuestro organismo y nuestra piel necesitan una cura de limpieza, necesitan renovarse.

Los cuidados de la piel en primavera deben ir encaminados a recuperarla de su etapa invernal y a protegerla de las agresiones futuras. La limpieza a través de leches limpiadoras, así como otros preparados cosméticos que renuevan la piel, son muy útiles, y es que una buena hidratación es la base fundamental para mantener la piel en buenas condiciones de cara al verano. Para ello son muy importantes las cremas hidratantes y una ingesta adecuada de líquidos.

Mascarillas y un hueco para el relax
También se pueden emplear mascarillas limpiadoras, la forma más sencilla, más cómoda y más rápida para renovar la piel de nuestra cara. Su acción sobre la piel suele ser rápida y de efectos inmediatos y visibles. Nada más retirarla, notaremos la piel más relajada, sin manchas ni impurezas. Aunque en la actualidad muchas mascarillas pueden aplicarse sobre el rostro sin alterar nuestra actividad, es más recomendable que durante el tiempo de acción nos mantengamos en reposo y lo más relajadas posible, pues así sumaremos a su efecto terapéutico directo, la influencia tan positiva que tiene la relajación física y psíquica sobre la agresión del rostro.

Y no se puede olvidar la dieta. Si es equilibrada y sana, con alimentos ricos en antioxidantes, carotenos y vitaminas A y E, es muy beneficiosa. Por último, hay que incrementar en esta época la protección. En ocasiones, el sol de primavera es más fuerte de lo que parece y, además, la piel está más sensible ante sus efectos. Por eso, un día en la playa o en la montaña puede ocasionarnos algún susto en forma de inesperada quemadura, por lo que el uso de filtros solares adecuados se hace indispensable.