La dieta influye... ¡y mucho!

Acabar el día con la marca de la cinturilla del pantalón grabada sobre la piel es el destino común a muchas mujeres, que notan cómo se van hinchando con el paso de las horas. Hay formas de evitarlo.

Por hola.com
  • Tómese su tiempo para comer tranquilamente. ¿La razón? La digestión comienza en la boca, ya que la masticación produce enzimas y fragmenta los alimentos, lo que los hace más fáciles de procesar por el sistema digestivo.
  • Comer ansiosamente, con mucha prisa o a grandes bocados hace que al abrir la boca se ingiera alimento... y una buena dosis de aire innecesario. Es mejor tomar siempre porciones pequeñas. La ingesta diaria de una misma cantidad de alimentos repartida en cinco comidas es más saludable que si se divide en sólo almuerzo y cena.
  • Las bebidas carbonatadas (con gas) contribuyen a hinchar el vientre. Si no puede renunciar a ellas, pruebe a eliminar parte del gas agitándolas con una cuchara o una pajita.
  • La lechuga es un alimento muy rico en celulosa, una sustancia muy resistente a la acción de disolución del aparato digestivo, y, por tanto, causa común de hinchazón y gases. Lo mismo sucede con otras verduras de hoja como el repollo o la coliflor. Conviene cortarlas en trozos muy pequeños, no tomarlas por la noche y masticarlas a conciencia.
  • Las legumbres (judías, garbanzos, lentejas, etc...) pueden provocar aerofagia debido a su contenido en trisacáridos. Tenerlas en remojo durante 24 horas contribuye a rehidratarlas, al igual que someterlas a una cocción lenta y prolongada, que las hace mucho más fáciles de digerir.
  • Curiosamente, la verdura congelada es más fácil de digerir que la cruda. Cuando el agua de su interior se convierte en hielo, rompe la estructura celular y consigue que al sistema digestivo le cueste menos procesarla.

    Dos enemigos insospechados
  • El estrés provocado por la frustración y el aburrimiento provoca el aumento de los niveles de cortisol, que a su vez despierta el apetito por los alimentos dulces y provoca un tipo de obesidad caracterizada por un aumento de la grasa en la zona abdominal.
  • Los cambios hormonales propios de la menopausia tienen consecuencias sobre la cintura, ya que se produce una redistribución de la grasa, que muestra preferencia por instalarse en la cintura y alejarse de las piernas.

    Evitar atascos
    Otra de las causas más comunes de la temida "tripita" es el estreñimiento, un mal típicamente femenino.
    Comenzar el día con un vaso de agua templada con limón es como empezar con una ducha para el interior del cuerpo.
    Un truco para poner en marcha el sistema digestivo nada más levantarse es tomarse, una hora antes de ir a la cama, un pequeño bol de cereales muy ricos en fibra, como el salvado, o un par de ciruelas pasas.
    Conviene establecer un horario regular para ir al baño y habituar así al organismo.
    No se puede subestimar la importancia de beber mucho agua. Si ingerimos el suficiente líquido, se hidrata el bolo alimenticio y se facilita su tránsito intestinal.

    Combatir el "efecto pantano"
    El organismo femenino tiene una capacidad innata para guardar, guardar y guardar, algo que vale tanto para los depósitos grasos como los hídricos.
  • Una paradoja de la física: cuanto más agua bebemos, menos retenemos. Y si por el contrario ingerimos poca, el cuerpo se la queda como el bien precioso que es. Por eso es importante mantener los riñones en funcionamiento bebiendo alrededor de dos litros de agua diarios.
  • Es mejor beber entre comidas que durante las mismas. Facilita el proceso de eliminación.
  • Cuidado con la sal: cuanto menos, mejor. Y no sólo hay que vigilar la del salero, sino también la que se encuentra (y en grandes cantidades) en las comidas conservadas, precocinadas y con muchos colorantes.
  • Es mejor prescindir de los diuréticos: pueden alterar el equilibrio de sales minerales del organismo, cuya carencia es muy peligrosa.
  • Las infusiones y las cápsulas de cola de caballo ayudan a drenar de forma natural.
  • Los cosméticos anticelulíticos y drenantes deben aplicarse por la mañana, con suaves gestos de masaje, comenzando en los pies y acabando en la cintura.