De Londres a Nueva York, pasando por Los Ángeles. Gigi Hadid y Bradley Cooper se han vuelto inseparables y siguen paseando su amor de un lado a otro del mundo, sin fronteras que pongan freno ya a sus sentimientos. Y es que, después de seis meses intentando —que no consiguiendo— vivir su relación lo más privadamente posible, parecen haber decidido no ocultar su noviazgo.
“Definitivamente, creo que soy una persona privada, pero tienes que aceptar el hecho de que, hoy en día, es imposible mantener la intimidad. Así que se trata más de aceptar la realidad en lugar de crear mi propia realidad que no existe”, declaraba el actor, el pasado mes de enero, en una entrevista concedida al British Film Institute.
Sus últimas fotografías fueron tomadas en Nueva York, donde el productor, director y protagonista de Maestro, de 49 años, y la supermodelo, de 28, acudieron al espectáculo Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street, en Broadway. Era su segunda cita nocturna consecutiva, ya que la noche anterior habían sido vistos cenando en el restaurante italiano Cucina Alba, en el corazón de la Gran Manzana.
Según apuntan, Cooper está muy entusiasmado con esta relación, al igual que Gigi. Y algo que les encanta es que ambos son padres, ya que ella tiene una niña de tres años, llamada Khai, nacida de su noviazgo con el cantante Zayn Malik, y él es padre de otra niña, Lea de Seine, fruto de su relación con la top model rusa Irina Shayk. Cabe recordar que la pequeña ha debutado, a sus seis años, en el cine haciendo un papel en la última película de su padre.