La primera semifinal de Eurovisión dejó alguna que otra sorpresa, estas cosas siempre ocurren, aunque se puede decir que las quinielas acertaron en casi todo. Tres de los grandes favoritos, Armenia, Suecia y Portugal pasaron a la siguiente fase del certamen europeo, cuyo programa se va completando para el próximo día 13 de mayo. Sin duda, y con el permiso de Italia y su Occidentali’s Karma, el portugués Salvador Sobral va escalando posiciones y ganando simpatías con su balada Amar pelos dois, que ha escrito las primeras líneas de una nueva historia en la participación del país luso.
Hacía siete años, y se dice pronto, que Portugal no pisaba una final y en este 2017 lo ha conseguido con una canción atípica, pese a que ha habido otros ganadores con ritmos intimistas en otras ocasiones (recordemos a Jamala el año pasado). Pero es que el candidato portugués no sólo es noticia por su peculiar estilo, con un aspecto desaliñado y tiernos gestos, sino también por su estado de salud. Dos operaciones de hernia en los últimos meses y una dolencia cardiaca, que algunos calificaron de muy grave pese a que su equipo le restó importancia, han alimentado ese halo que diferencia al candidato de otras propuestas. Su actuación por lo pronto consiguió que las 11.000 personas que abarrotaban el recinto en esta primera semifinal estuvieran en absoluto silencio, ¿seguirá su buena racha?
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Sobral se medirá con otros favoritos como el sueco Robin Bengtsson y su I can’t go on, en cuyo baile se adivinó un cierto parecido con los pasos de Barei, candidata española del pasado año, y Artsvik y su Fly with me, sonidos étnicos que conquistaron y dieron el pase a Armenia. De las más aplaudidas fue Blanche y su City Lights (Bélgica) que se unió a Sunstroke Project y su Hey Mamma! (Moldavia), una de las propuestas más divertidas de la noche con un ritmo tremendamente animado y unas bailarinas vestidas de novia; Isaiah, que desde Australia vuelve a conseguir los apoyos del público con su Don’t come easy y suma el tercer pase a la final de este país; la reconocida Demy, que cuela de nuevo a Grecia y su This is love en la gran final; la inquietante Skeletons de Dihaj (Azerbaiyán); Polonia y Flashlight, interpretada por Kasia Moś; y Gravity, interpretada por el chipriota Hovig.
Ellos volverán a subir al escenario el sábado con los elegidos en la segunda criba (el jueves 11 de mayo) y los representantes del Big Five, de los que se ha podido ver un aperitivo en la web oficial del festival.