Tamara Falcó ha desvelado esta semana a la revista ¡HOLA! el motivo que hay detrás de su sorprendente cambio físico: la enfermedad de tiroides que le diagnosticaron antes de verano. En una entrevista –que se puede leer íntegramente en el último número de la revista – la hija de Isabel Preysler confiesa el gran apoyo que ha supuesto su familia en todo este proceso y cuál ha sido el regalo que le ha hecho su madre para ayudarla en su recuperación.
Valiente, sin complejos y con mucho optimismo, la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó ha confesado encontrar en su madre, al igual que ha hecho en el resto de situaciones complicadas de su vida, un incondicional apoyo.
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En esta línea, Preysler no ha querido dejar pasar la oportunidad de regalarle a su hija una de las claves para lograr su ansiada bajada de peso. “Mi madre me apoya siempre en todo lo que puede. ¡Me ha regalado su entrenador!” confesaba entre risas Tamara durante la citada entrevista.
Su madre, siempre muy pendiente de cuidar su propia imagen, cuenta con un completo equipo de profesionales que la asesoran y ayudan a lucir siempre tan estupenda. A partir de ahora, su entrenador personal pasará a convertirse en parte del día a día de su hija, muy concienciada en volver a su peso anterior.
Isabel Preysler está totalmente volcada en todo lo referente a la recuperación de su hija Tamara , una enfermedad en cuya recuperación ya tiene experiencia, ya que también la sufre su hija Chábeli. “Es algo que tiene un componente hereditario. Lo que pasa es que lo nuestro es un poco más complicado. Es un problema un poco más difícil de tratar porque no es el clásico caso de tiroides. Pero, bueno, con paciencia… ¡Por lo menos sigo pelo!”, ha explicado Tamara.
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Según ha contado ella misma, el deporte es uno de los aspectos fundamentales a la hora de conseguir el reto que sea fijado ella misma: “luchar para volver a estar como antes, pero por estar sana, porque el peso es un indicativo más de tu salud, tampoco es tan dramático lo que me está pasando”.
Por ello, tras el “regalo” de su madre, ha comenzado con unas rutinas de ejercicios que combina con visitas periódicas a su endocrino. Está deseando recuperarse cuanto antes, por lo que sigue firmemente los consejos de los profesionales que la asesoran. “Tengo que seguir yendo al endocrino, hacerme análisis y esperar a que den con la pastilla adecuada. Aparte de eso, estoy yendo a una nutricionista y tengo un entrenador personal” ha explicado en esta línea. Ha confesado no estar haciendo dieta, sino "aprendiendo a comer".
Su madre no ha sido su único apoyo durante estos meses tan difíciles para Tamara. “Toda mi familia se ha volcado. Me ayudan mucho. El primero, mi hermano Enrique, que me dice: “Y qué más da!”. Será un tópico, pero cuando quieres a alguien, no sólo ves su físico.” Según ha confesado la propia Tamara, muy emocionada, esta no es la primera ocasión en la que Enrique se preocupa por su salud y peso. Hace años, cuando atravesó una época en la que la obsesionaba la delgadez, Enrique también la ayudó explicándole que tanto a él como su hermano Julio, le gustaban más las mujeres “con curvas”.
Tamara ha aprendido mucho de los consejos de su familia y de esta experiencia: “Que ninguna obsesión es buena. Yo he aprendido que tengo que cuidar mi salud y a ser agradecida por lo que tengo”.