Durante décadas ha sido uno de los magnates inmobiliarios más conocidos de Estados Unidos, sin embargo, desde el 2014 muchos comenzaron a referirse a él como el “padre de”. Y es que desde que Gigi Hadid se convirtiera en uno de los rostros revelación del mundo de la moda, hasta el día de hoy, con una carrera más que consolidada y en la que también se abren hueco sus hermanos, Bella y Anwar, Mohamed Hadid, en quien confían los extremadamente ricos para la construcción de sus palacios particulares, ha pasado a ser el más popular al más desconocido de la familia.
En la era de las redes sociales los datos hablan por sí solos: Mohamed Hadid tiene medio millón de seguidores, mientras Gigi ha pasado con soltura la cifra de los diecinueve millones. Pero no hay que olvidar que décadas antes del nacimiento de estas herramientas este empresario de 77 años ha estado haciendo posible algunos de los hoteles, edificios o mansiones más exquisitas de Washington, New York, Aspen, Houston o Beverly Hills. Eso sin olvidar una rocambolesca trayectoria vital: De tataranieto de príncipe pasó a ser un refugiado y de allí, multimillonario.
De origen palestino, Mohamed Hadid es uno de los grandes representantes de lo que se conoce como “el sueño americano”. “Mi tatarabuelo era el príncipe de Nazaret, pero el año de mi nacimiento, 1948, fue también el de la creación del Estado de Israel. En consecuencia, nos marchamos y nos refugiamos en Siria, donde vivimos durante varios meses en un campamento”, contaba el padre de Gigi Hadid en una entrevista que se publicó en ¡HOLA! el pasado abril, cuando también mostró su fabulosa mansión en Beverly Hills, una residencia situada a la orilla del mar, con diez dormitorios, catorce cuartos de baño y una bodega en la que se agolpan hasta cinco mil referencias de grandes vinos de todo el mundo.
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Dándole otra vuelta de tuerca a esta historia inverosímil y que sin duda dará para escribir la mejor de las biografías, cuentan que la familia Hadid obtuvo los pasaportes que les permitieron emigrar a Estados unidos gracias a una partida de backgammon que le ganó el abuelo de Gigi al embajador de Jordania. Así fue como con 15 años Mohamed puso un pie en la “tierra de las oportunidades” y seis años más tarde diseñó su primera gran casa en Fort Lauderdale (Florida) por la que ganaría un cuarto de millón de dólares.
Cómo el mismo cuenta en sus redes sociales es el “orgulloso padre de cinco” y es que fruto de su primer matrimonio nacieron Alana y Marielle, y de su segundo –con la modelo holandesa y actriz de televisión, Yolanda Foster- Gigi, Bella y Anwar. Con Yolanda su amor terminaría rompiéndose en el año 2000 y ahora se encuentra prometido con Shiva Safai, treinta años menor que él y una de las que no faltó a la fiesta de cumpleaños que Gigi celebró con sus amigas Kardashian, Taylor Swift o Lily Aldridge entre otros.
Con motivo del día del padre –que en Estados Unidos tuvo lugar el pasado domingo- sus “niñas” se volcaron con él en redes sociales. Bella lo describe como su “hombre favorito en el mundo”, mientras que Gigi dice quererlo mucho más de lo que él mismo podría imaginar. En ese sentido, Mohamed Hadid ha declarado en alguna ocasión que su mejor talento ha sido el ser un buen padre. “Me enorgullece mucho ver en todas las revistas a mis hijas Gigi y Bella. Me molesta muchísimo escuchar que su éxito se lo deben a la fortuna de su padre”, contaba en la cita entrevista publicada en ¡HOLA! Unas palabras de las que se puede extraer su orgullo por haberse convertido en el “padre de…”.