Tras el fallecimiento de su madre, la Duquesa de Alba, el pasado mes de noviembre, Eugenia Martínez de Irujo ha vivido unos meses muy duros en los que se ha volcado en el cariño de los suyos, sobre todos el de su única hija, Cayetana, fruto de su matrimonio con el diestro Francisco Rivera. Ahora, poco a poco, vuelve a recuperar la sonrisa y la normalidad en su vida.
La pequeña de la familia, de 46 años, nacida después de los cinco hijos varones del matrimonio formado por la Duquesa de Alba y Luis Martínez de Irujo, ha destacado por ser la que más unida estaba a su madre. Con 20 años mantuvo su primera historia de amor de juventud con el joven sevillano Luis González Conde, una relación que duraría dos años.
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Una tarde de 1992 conocería al gran amor de su vida, Francisco Rivera, en un tentadora al que acudió junto a unos amigos. Poco después, iniciaron un noviazgo que se rompería a los dos años y que volvería a reanudarse en 1997. Durante este período de tiempo la Duquesa de Montoro tuvo una breve relación con el también torero Miguel Báez “El Litri”, un viejo amigo con quien estaría un año saliendo.
Un año después de volver con el hijo de Francisco Rivera “Paquirri” y Carmen Ordoñez, los novios celebrarían la gran boda en Sevilla, concretamente el 23 de octubre de 1998. La catedral de la capital hispalense se vistió de largo para ser testigo del “sí, quiero” ante más de un millar invitados, entre los que destacaban muchos toreros, nobles y artistas. Eugenia Martínez de Irujo, de 29 años, se mostraba radiante el día en su enlace con un diseño exclusivo de Enmanuel Ungaro y una diadema de brillantes y perlas que perteneció a la emperatriz Eugenia de Montijo.
Fue una ceremonia retransmitida en directo por TVE. La boda generó tal expectación que llegó a compararse con las vividas años anteriores por las infantas Elena y Cristina de Borbón. Ese día, Francisco Rivera se convertiría en el primer diestro en obtener un título nobiliario: Duque de Montoro.
Poco después del enlace, el 16 de octubre de 1999, el matrimonio daba la bienvenida a su primera hija, Cayetana, un nombre con un gran significado para las dos familias, sin ir más lejos lo comparte con su abuela materna y su tío paterno. La niña nació en la clínica sevillana de Fátima. El amor de la pareja se truncó tres años y medio después de que pasaran por el altar. El matrimonio emitía un comunicado en 2002 en el que anunciaba una separación de mutuo acuerdo, "al no haber sido posible salvar nuestras diferencias", argumentaba la nota.
Tras el divorcio, Eugenia Martínez de Irujo mantuvo una breve historia sentimental en el año 2004 con Nicolás Vallejo-Nágera, un buen amigo para ella. En compañía del empresario, que años más tarde contraería matrimonio con Paulina Rubio, se dejó ver en aquel verano protagonizando unas románticas vacaciones en Marbella que mostraban una gran complicidad en la pareja. Finalmente la relación se rompió, pero siguieron manteniendo una buena amistad.
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No sería hasta el año 2005 en el que comenzaría su relación junto a Gonzalo Miró. Un amor que tuvo alguna interrupción como la que se produjo en el año 2007 cuando rompieron su relación, para darse una segunda oportunidad unos meses más tarde. Hace seis años pusieron punto y final al romance de forma definitiva. Desde entonces, Eugenia Martínez de Irujo ha mantenido una discreta vida sentimental.