"Es el proyecto de mi vida". Así lo confesaba la propia Irene Villa en una reciente entrevista que concedió a ¡HOLA! para anunciarnos que estaba embarazada de su segundo hijo. Ella es un ejemplo de superación y de valentía, y sobre esos mismos valores ha construido los cimientos de la Fundación que lleva su nombre, una idea a la que llevaba muchos años dándole vueltas, pero hasta ahora no se ha animado a llevar a cabo. "Surge principalmente porque no entiendo la vida sin vivir volcada en los demás, porque quiero agradecer el cariño y solidaridad que mi familia recibió y ayudar a formar personas socialmente responsables y emocionalmente fuertes, tengan o no una discapacidad", nos aseguraba.
Ahora, Irene ha visto cumplido el primer 'paso' de este sueño, y es que en su primera actividad en Asturias, la Fundación Irene Villa ha recaudado casi 7.000 euros que irán destinados a cubrir necesidades de dos asociaciones asturianas. Risas, diversión, momentos inolvidables... todo eso vivieron en una jornada muy especial que compartieron con cerca de 40 personas con discapacidad y que quedó plasmado en estas fotografías en las que les vemos elaborando el bollo llamado Flor Dulce de Navidad, que ha creado junto al Gremio de Artesanos Confiteros de Asturias.
En este día tan señalado no podía faltar el que ha sido uno de sus mayores apoyos y la persona con la que comparte su vida, su marido, Juan Pablo Lauro que cada día está más orgulloso de ella. La pareja, que está muy ilusionada con la llegada de su primer hijo, se dio un romántico beso que puso el broche de oro.“Es un niño, que nacerá en abril y se llamará Pablo", nos afirmaba la periodista, que no puede borrar la sonrisa de su rostro desde que supo que su sueño de ampliar la familia volvía a ser una realidad: "Estoy muy feliz de poder dar un hermanito a mi hijo de dos años. Encantadísima porque es un regalo de la naturaleza a cierta edad”.
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La Flor Dulce de Navidad es un bollo relleno de cacahuetes con miel, pasas y decorado con compota de manzana, en formato de 350 gramos aproximadamente. La Fundación ha elaborado inicialmente 700 unidades para su venta solidaria, que ha conseguido vender en tan sólo dos días a las principales pastelerías de la región. Como anécdota, destacar que un grupo de los chicos con discapacidad que participaron tuvieron la idea de hacer una remesa extra para entregar a un comedor social.
Los beneficios obtenidos serán destinados a financiar un preparador laborar para Down Principado de Asturias y un curso de formación para la Asociación Alarde. La propia Irene Villa destacó que el objetivo de este proyecto es “ayudar a formar personas socialmente responsables y emocionalmente fuertes, que contagien su entusiasmo y las ganas de vivir para contribuir a hacer un mundo mejor”.