El de 2014 ha sido el último verano que Michael Douglas ha disfrutado de su casa en Palma de Mallorca. En el mes de junio el actor compartía en las redes sociales varias imágenes en los magníficos parajes que rodean su propiedad de S’Estaca, un entorno al que quizá no regrese, al menos como propietario, dado que acaba de poner a la venta su casa. Esas vacaciones con su mujer Catherine Zeta-Jones, con la que se reconcilió tras pasar unos meses separados, podría decirse que fueron una especie de despedida, ya que la increíble mansión está ya disponible en el portal inmobiliario Sotheby, especializado en propiedades de cierto prestigio, únicas y de lujo.
En dicho portal describen la casa, situada en Valldemossa, como “un compendio de siete unidades independientes con 5 apartamentos y 10 dormitorios, un loft y dos casitas que pueden albergar cómodamente unas 20 personas incluidos staff y niños. Está situado en un solar de unas 100 hectáreas en el puerto de Valldemossa con acceso directo al mar y espectaculares vistas gracias a su ubicación en primera línea de la Sierra de Tramuntana, declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO”.
Esta residencia la compró el actor cuando estaba casado con su primera esposa Diandra (estuvieron casados entre 1977 y 2000), y en ella ha pasado sus vacaciones durante cerca de treina años. Primero con Diandra, con la que tras el divorcio se repartió el uso y disfrute de la propiedad (seis meses cada uno), y después con Catherine. Dado su amor por la isla incluso fue reconocido su fomento del turismo en esta zona española (recibió en el año 2002 la medalla de oro de fomento del Turismo, de manos de el cónsul de Estados Unidos en Mallorca, Bartomeu Bestard).
Ahora este increíble rincón pertenecerá a aquel que pague su precio, unos 50 millones de euros. Diandra, exmujer de Douglas, desmintió hace un tiempo que la actual mujer del actor, Catherine Zeta-Jones, se hubiera ofrecido a comprar su parte de la propiedad. “No es cierto” respondió, explicando que la también actriz no iba a Mallorca demasiado a menudo.
S’Estaca tiene su propia historia, al margen de la vinculada al actor de Hollywood. Fue una de las residencias de Luis Savador, archiduque de Habsburgo, quien la levantó a finales del siglo XIX, inspirándose en las propiedades de las Islas Eólicas, archipiélago volcánico en el Mar de Tirreno cerca de la costa nordeste de Sicilia, para reformar y ampliar esta magnífica propiedad. Fue aquí donde junto a su compañera Catalina Homar, quien se encargaba de supervisar sus propiedades en Mallorca, pasó los mejores años de su vida hasta la primera Guerra Mundial, cuando le obligaron a regresar a Viena y nunca más volvió.
“En 1990 S’Estaca fue reformada y ampliada hasta su estado actual convirtiéndose en una magnífica residencia privada. A través de un precioso paseo bajo los pinos, los lindes de esta fantástica propiedad, llegan al pequeño poblado de pescadores, donde unas 16 casitas pequeñas, enclavadas en las mismas rocas, son el destino de afortunados propietarios que tienen el privilegio de disfrutar en la más absoluta tranquilidad la naturaleza de esta parte de la costa de Tramuntana” explica la web de la inmobiliaria. Ahora será otro quien disfrute de la tranquilidad y privacidad de este entorno y de la estupenda luz de las islas, siempre que pueda pagar el precio, claro.