Mundo singular
Rjukan, el pueblo que se ilumina con espejos
La localidad noruega de Rjukan se ubica en un profundo valle donde las montañas bloquean la entrada de la luz del sol durante cinco meses del año. Ante este problema, el ayuntamiento puso en marcha un singular proyecto. Para iluminar los oscuros meses de invierno, construyó tres espejos gigantes controlados por ordenador que siguen al sol y reflejan la luz hacia la población. Rjukan, situada a 175 kilómetros al oeste de Oslo, ha conseguido así que un gran rayo de sol de casi 600 metros cuadrados (lo equivalente a tres canchas de tenis) ilumine la plaza del pueblo. “Cuando lancé la idea, hubo mucho escepticismo. Creo que a los jóvenes de aquí les gustó, pero a los mayores no tanto”, dice el artista que ideó este proyecto, Martin Andersen, habitante del pueblo. La inspiración la encontramos en 2006, en la aldea italiana de Viganella, cerca de los Alpes, que colocó espejos para llevar la luz a su plaza principal. También la ciudad austriaca de Rattenberg cuenta con un sistema similar.